Protagonizado por un lastimero avatar para la audiencia, un guión infestado de exposiciones y refritos del universo animé, y para colmo, diseño de personajes robados de Spirited Away, la película pone a prueba tu umbral de aburrimiento tras su primera escena de acción. Su banda sonora es ecléctica pero irrelevante, y su animación, aunque generalmente competente, se turna en lo cursi y lo derp.
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