¿Comedia? Pues supongo que es a la fuerza, literalmente. Tendrá su sentido del humor, pero quítenle ese soundtrack rebelde y su edición vivaracha anti-fourth wall; y fácilmente se vuelve una depresión inconsolable con tanto abuso y frialdad. Aún así, estas son interpretaciones incuestionables: Robbie, Janney, y Stan son una furia de dientes apretados tratando de caer de pie tras giros increíbles.
★★★★
Especialmente deprimente si eres hincha del deporte o tienes esperanza en el juego limpio, y de intrigantes dualidades morales; pero algo aquí no engancha como debiese a pesar de su legítima paranoia y conspiración. Puede ser por su naturaleza de proyecto originalmente indefinido el motivo que los ángulos iniciales y finales se sienten algo distantes entre sí, y por eso ellas atraen más que su todo.
★★★ ½