O mejor dicho, LOST para niños. Es exasperantemente irresoluta, con todo siendo un misterio dentro de un enigma, jamás dando con algo satisfactorio o concreto. Y lo peor de todo es que no es una mala idea de por sí. Es de buena inmersión, invitándote a imaginar tus propias decisiones, pero todo ello se degrada junto a tu paciencia. Y Gally, mátate.
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Fría y confrontacional, pero sorprendentemente funciona muy bien como historia de amor. Es una Fantine sin canciones o poesías, a la que sólo le queda su dura y oscura realidad; y aún así se presta muy bien para el romance gracias a la muy marcada determinación e individualidad de sus personajes -- y un aplauso especial para la fantástica Cotillard aquí.
**** 1/2