Fiel al material, con momentos inspirados y sin mayor temor a adentrarse en lo sombrío de la frustración... pero vaya forma de querer hacerte llorar. Más que manipulación, es pura perseverancia: no se rinde, a tal punto de que termina traicionándose en los últimos minutos con tal de conseguirlo. Más aparatos y aventuras, menos gas lacrimógeno.
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Disney sigue con su racha envidiable y ahora le saca mucho provecho a Marvel al hacer no sólo una de las películas de superhéroes más ingeniosas del último tiempo, sino que derechamente la única que podríamos tildar de adorable. Es una sonrisa de principio a fin. Tendrá partes prestadas, sí, pero son partes muy bien usadas. ¡Y ese post-crédito!
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