Esta secuela es más explosiva y violenta que la original, conservando sus humor de bromance sabihondo y ambientación MVP, y añadiendo múltiples escenas de acción que sobrejercitan su fundamental Matrix-era edición; pero sus positivos se promedian con su desigual recambio de personajes, conclusión "eh", y su maratónica duración. Está bien, pero no cambia mucho las cosas.
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