Dos mitades bastante diferentes: la primera no es nada realmente nuevo -- dominical, algo empalagosa --, y la segunda es pura acción: entretiene (¡aunque hemofóbicos abstenerse!), pero de trama sólo son como dos o tres oraciones. Aún así, sin dudas Andrew Garfield está como nunca aquí: inspirado, carismático, y aguerrido a pesar de sí mismo y su entorno.
★★★