Aunque parte sintiéndose como el predecesor espiritual de Drive -- más sucia, más inexperta y más humana; logra escapar el comparativo con su épica exploración a la responsabilidad paternal desde un punto de vista muy yin yang. Avanza con las décadas y te hace sentir su peso encima, con cada decisión tomada repercutiendo en la próxima generación. Y sí, es algo larga, pero debe ser así.
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