No es buena, realmente, pero igual se pasa bien. No le falta personalidad ni peleas, pero pierde mucho el tiempo con personajes e historias sin rumbo, y sus violentos extremos originales quedaron atrás. Cambia la sangre por las lágrimas a través de la clásica catarsis heroica, pero en este contexto tan despreocupado se siente absurdo y superfluo.
** 1/2