Un Oscar-bait que por defecto cuenta con buenas interpretaciones, pero que le puedes adivinar la trama desde los 10 minutos. Casi ninguna sorpresa aquí (fuera del que *esa* actriz no sea Cara Delevingne, honestamente), pero al menos tras tanta represión y gesto subliminal logra culminar en un crescendo de inevitabilidades. Hay una mejor película escondida aquí, eso sí.
★★