Kristen Stewart da con mucha confianza e inteligencia la mejor interpretación de su carrera, y cada segundo suyo en pantalla con Juliette Binoche se agradece en su riqueza; pero aún así Olivier Assayas se aferra a sus deambulantes y superficiales vicios: siempre está apunto de decir algo sobre las artes y la vida de los artistas, sin llegar a conclusiones.
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