Justo para esta era del cringe, el spaghetti y el I can't even -- el coming of age milenial. Si vives con esta autoconsciencia ante tus propias frustraciones y fracasos, esta película te va a dar un remezón y una risa muy necesaria. Hailee Steinfeld brilla en su amargura, dando en el clavo muy articuladamente para luego quedarse sin palabras.
★★★★ ½
Una novedad digna de un buen "WTF", pero quizás muy escatológica para su propio bien. Hay algo aquí sobre la soledad y el sentirse útil y querido, pero se asfixia ante su humor de peos y vómitos. Al menos son chistes creativos, apoyados por una impresionante dirección de arte y edición, y un Daniel Radcliffe en su mejor rol; pero su exceso agota.
★★★ ½