Incluso si a Radcliffe le falte edad para ser un padre convincentemente (aunque de todos modos hace un buen trabajo aquí), o que si su producción se siente hecha para la tele, la película a pesar de todo se mantiene firme gracias a sus crecientemente caóticos ambientes y su muy tradicionalista pero efectivo terror de poltergeists. No reinventa la rueda, pero llega a casa sin mayores problemas.
*** 1/2