Un fuerte juego entre Carell y Ruffalo (los dos irreconocibles por el gran maquillaje) de tirar la cuerda de Tatum. Los tres consiguen unas muy atrapantes fricciones de protección y dependencia, supremas en su fisicalidad y su cautela emocional; aunque el guión va tornándose más y más evidente con el tiempo. Cuánto menos sepas de la historia real, mejor.
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