Gilliamísima. Cuenta con algunos de los vestuarios, decorados, paletas de colores más únicas y vibrantes del año, pero vaya que es rara. Al menos es interesantemente rara, con un Christoph Waltz muy impactante, muy fuera de lo típico suyo, y una Tilda Swinton que por más poco que esté, otra vez te dejará con la boca en el piso. Muy surreal.
*** 1/2
Sólidamente actuada y construída, con una intrigante maraña política entremedio... pero vaya que cuesta recomendarla. Todos aquí son terminalmente borrachos, crueles, desapasionados, hipócritas, fríos, cobardes, y derechamente misóginos. Retratará la condición de un país yendo a sus extremos, sí, pero aparte hay que aguantarle lo lenta que es.
** 1/2