Una tesis del deadpan. Entre los "¿porqué?" y los "¿cómo?" te va a ablandar un corazón entumido por la soledad de los deadlines, pero no te culparía si ante lo anecdótico y lo arisco acabas mirando el reloj compulsivamente. Larga es poco decir, pero al menos se pasa bien entre sorpresas. Para esto tipo de cosas está el je ne sais quoi, pues.
★★★★