Al menos entretiene competentemente. La trama no une muy bien que digamos lo fiscal y corporativo con lo asesino, volviéndose engorrosa y propensa a lo inverosímil (para bien y para mal), pero si se trata de Ben Affleck disparándole a tipos en la cara a la vez que se deja ver en una de sus facetas más frágiles, mejor ésta que la alternativa de DC, pues.
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Hay un personaje aquí que se tira peos con brillantina, y creo que eso es una justa analogía para esta película. Qué mierda más colorida e insensata. Luce como si estuviera permanentemente en ácido, pero sin la creatividad alucinógena que le quite lo formulaica; mientras que su banda sonora es una de los más torturosas que he escuchado en mi vida. Mega cringy.
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Siempre turnándose entre lo inteligente y lo boludo, pero a fin de cuentas es un buen producto. Sus irreverencias están algo forzadas y se degradan rápidamente, pero temáticamente es bien competente, a cada rato alimentando tu curiosidad a partir del puro concepto. Hará marketing por su humor adulto, pero su mejor carta por lejos es su originalidad.
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Una tesis maestra. Elegante, compacta, durísima, profunda y, con el aire político actual, urgente; cuenta de lo sistémico que ha sido históricamente el prejuicio en EEUU, siempre destacando el cómo el pasado nunca está demasiado lejos, mientras que el futuro cada vez más luce como un sueño más lejano ante lo vicioso que es la unión del capitalismo con la ley.
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Estas películas jamás han tenido mucho sentido, pero esta es la primera que pensaría que es más fome que inexplicable. Te satura con una edición tan hiperkinética como tediosa, y cada giro mata cada vez más la intriga por la pura insignificancia de la trama. Todos sus simbolismos camuflan un apocalipsis demasiado básico como para satisfacer por su cuenta.
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Ideas intrigantes, pero una narración que le juega muy en contra. Hasta 4 personajes sólo están para disertar la trama, y ello no evita que se obvien aspectos demasiado cruciales para ignorarse. Hay algo aquí, pero nunca se arriesga lo suficiente como para rendirse provecho. Aún así, Burton vuelve a su estética con confianza.
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Sobrias interpretaciones que aprovechan el lío moral/profesional y un infernal entorno como para hacer llorar a Michael Bay... pero todo es resumido por el trailer. Sí, te cuenta todo el film. El primer acto es un preámbulo lento y terminológico, y el segundo acto es puro fuego. No hay tercer acto. Una furia así se merece un final más exhaustivo.
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Happy/Sad, sin dudas. Ubicada más o menos entre la dura poesía de Once y el infeccioso optimismo de Begin Again, Carney la pasa bien repasando la escena musical de los 80s sin olvidar lo doloroso que es el trasfondo creativo -- aunque al final se lima con prisa las asperezas. ¿Mejor Canción Original? Mejor Canción de Sing Street, ¿o no?
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Familiar sin recurrir a la referencia, y emocional sin tentarse por lo melodramático, rápidamente los de WAG se están volviendo en uno de los estudios de animación más efectivamente creativos. Te saca su buena risa sin fijarse en el sinsentido temático (y si se fija, lo aprovecha inmediatamente); y si eres padre, te va a rendir un tributo tan adorable como sincero.
**** 1/2
Gráfica y dolorosa, pero se preocupa más en enseñar historia que en contar una historia -- McConaughey se luce en un rol muy hecho a su medida, pero por más que empiece como un estudio de personaje se transforma rápidamente en una lección. No hace un mal trabajo repasando los años, pero narrativamente se siente seca por lo sobre-explicada.
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