jueves, 27 de octubre de 2011

BIJOU: Contagion

De su caótico segundo acto brotan los mayores impactos, pero su protocolar y emocionalmente frío comienzo y descenlace pasteurizan la narrativa, sin presentar mayores suspensos o dudas sin resolver; y como las vacunas, con una vez basta y sobra. Aún así, hay ciertas fortalezas en su apego al realismo - en especial en su hepática paleta de colores en lente y maquillaje.
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BIJOU: Melancholia

La mitades se disfrutan mejor con un saludable intermedio, siendo tan estiradas, bipolares y distantes entre sí que fácilmente cada una pudo haber sido su propia película, con una conclusión más satisfactoria para la primera y una introducción menos forzosa para la segunda. Aún así, se rescata su secuencia final - aunque para entonces ya es muy poco y muy tarde.
** 1/2