Muy Disney, ciertamente. Tanta personalidad que bordea la caricatura, pero consigue emocionar a través de sus vulnerabilidades. Te dejas ganar, simplemente. Emma Thompson es un inflexible encanto aquí, para el cual Hanks y Giamatti le pivotean con cuasipiropos y negociaciones, dando con una agridulzura muy placentera.
**** 1/2