Una verdadera montaña rusa emocional. No para ni se detiene llevándote por sus altibajos, y no sólo se desliza por el Berlín frío y cálido con una fotografía ingeniera y ambiciosa, sino que además su reparto te hace sentir todo lo imaginable con una afable y dolida sinceridad. No tendrá mucha trama, pero esa es la idea: te invita a vivir este momento.
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