Energética, divertida a pesar/gracias a sus muy malas pulgas y el entorno rechina-dientes que viven, es un feroz caso del cómo el pasado condena. Entreteje una narrativa personal de frustración acumulada y una social de estigmatización y hambre por el morbo, aunque... pucha, sí. El escándalo es más interesante que la campaña, y el doc se queda corto en eso.
★★★ ½