No es Twilight con zombies, realmente -- es un Síndrome de Estocolmo necrofílico. Toma los necesarios riesgos para bordear los problemas y aprovechar el potencial de los clichés en el romance juvenil paranormal, en el cual, como mar de películas que es, se despega con bastante orgullo, estilo... y calor. Aunque más sangre hubiera sido mejor.
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Addendum: QEPD Roger Ebert. Sean buenas o malas las películas, lo importante es que sigamos hablando de cine. Muchas gracias por inspirar a los que inspiraron a los que inspiraron a quienes me inspiraron a armar este humilde blog.