Dios. Esa foto. Esa agua tan cristalina. Es un imperativo 3D. Fuera de ello, es un buen punto de conversación para temas de la fe, con Suraj Sharma en una revelación muy carismática. La película a veces se aprovecha de su narrativa de viñetas, y deja que lo visual le pilotee, pero en lo de él vs. tigre vs. el mar, hay mucho material como para aburrirse.
****