Hablábamos de kill counts hace poco, ¿no? David Ayer intenta algo similar a End of Watch aquí tejiendo la naturalidad del compañerismo con la intensidad del procedimiento; pero aquí el ambiente es mucho más imperdonable. El reparto está sólido en su jerarquía militar, pero entre tanto cadáver y batalla no hay mucho espacio para los lazos entrañables.
*** 1/2