Si vives en una zona golpeada por la naturaleza, te va a dar en un nervio político bastante fuerte; aunque esta burocracia entumece: demasiado procedural, parlanchina y fría; y la acción es un tema casi terciario. Al menos la bestia no decepciona para nada: visceral, inexplicable, fulminante; y con toda su estética y música, Anno regresó a su groove de Evangelion.
★★★