Más que una carta de amor (¡y un poco de protesta, también!) a la afamada convención, es un reflejo de lo masivo y permeante que ha sido la cultura pop/geek en los últimos años -- desde posibilidades laborales hasta compromisos matrimoniales, de todo ocurre aquí entre stands de cómics y juguetes. Si eres un legítimo ñoño, no sólo estarás analizando cada fotograma buscando a tu personaje favorito, sino que al final vas sentir un poco de pena: vas a querer quedarte.
**** 1/2