Telefilm para los fans. Con sus paseos entre la fantasía y la realidad, y sus guiños a los psychos, es más una caricatura histórica que una introspección o un estudio creativo -- Hopkins y Mirren se camuflan bien, pero a la película le pides constantemente un poco más de ambición, que algo tan icónico podría merecer algo más que una hojeada.
Andan de moda las adaptaciones sombrías de cuentos clásicos, pero esto bien pudo ser Bitch Hunters -- mucha sangre y violencia, un lenguaje de mierda, y al menos un par de tetas. No aporta muchas ideas nuevas y sus personajes son fugaces en el recuerdo, pero con Renner pateando mil culos, se pasa un rato aceptable.
Bastante tierna dado el tema que trata -- especialmente considerando que no deja mucho a la imaginación. De actitud gentil, íntima y divertida, es un deleite diurno que no se glamoriza ni fantasea, y que con la calidez y fidelidad de Hawkes, Hunt y Macy, se es tan familiar como iluminadoramente madura; aunque termina antes de tiempo (... sin malinterpretar), prefiriendo concluir en una rápida nota alta.
Walken, Harrelson, Rockwell, mucha violencia, mucho humor meta, muchos pupis y muchos conejitos. Yep, esta película tiene todo lo del menú. Tiene una premisa absurda que divaga bastante, pero esa es la idea: esta película no está bien del mate, y tienes que dejar que se explique mejor. Quizás a lo mejor te podría llegar a sorprender. Y sí, un fantástico reparto, pero muy desproporcionado.
O mejor dicho, Tom Cruise: La Película. Él es el héroe que necesitamos, pero que no merecemos. Encapsula bastante bien su trayectoria en el género de la acción: siempre corriendo para salvar al mundo, pero tan casado a su trabajo que es algo unidimensional. Habla mejor con los puños que con el cerebro, que sus secuencias de acción son mucho más gratificantes que su misterio. Sólo para sus fans.
Un fantástico misterio musical -- pero la pregunta más importante es sin dudas: ¿de dónde salió este tipo y porqué nadie lo escuchó aquí? Es una meteórica historia sobre gigantescos contrastes y nichos sociales, editada con geniales y desenterradas canciones; aunque se dilucida algo rápido, y el doc pasa del misticismo a la inevitabilidad. Y bueno, ojalá ahora nos llegue algo de Rodriguez aquí...
Er... ¡sí, es un buen CD! Lleno de potentes canciones y todo. O sea, ¿para qué tener a los actores cantando en el set si van a estar tan estáticos como en un set de grabación? Se consigue una gran emotividad facial con tanto primer plano, pero se pierde mucho del resto -- arte, foto, etc.; y es tan puramente musical que no invita a primerizos, que como dice el buen Milhouse: "¡¡llevan cantando DOS HORAS!!".
Una sitcom de condiciones mentales -- una diversión ligera nomás, muy sobre las pequeñas cosas que nos hacen rabiar a todos. Le falta más ambición y sutileza para distinguirse en el infinito océano de las romcoms, pero los explosivos choques del núcleo protagónico la elevan bastante cuando más lo necesita. De Niro se redime, pero es Lawrence quien se roba la película y se la lleva a la casa.
Sin alma. Full gabardinas y swing pero cero personalidad, lo que sorprende considerando lo magnético que podría llegar a ser este reparto, pero con el guión tan vanidoso que tienen se limitan bastante a clichés y superfluosidades. Dudo que "Here comes Santa Claus!" se convierta en el nuevo "Say hello to my little friend!", pero gracias Sean Penn por el empeño. Y qué onda con el acento de Ryan Gosling.
Sentimentalismo hardcore. Esta familia va a pasar por lo todo lo peor que les puede tirar la naturaleza y cresta que te va a doler, con todo ese maquillaje y sonido tan explícito como una peli de terror coreana; pero ya pasada la ola no se resiste a cerrar todo con un broche de oro muy transparente y manipulador. ¿Estómago débil? uh... abstente.
Bonita y creativa, pero algo frustrante. Es una tesis visual de gran decorado y fotografía, pero su inconsistente narrativa, muy de viene y va, juega en contra de su presentación teatral -- a veces incluso cancelándola momentáneamente. Es un extraño híbrido. Knightley y Law estallan, pero a Taylor-Johnson le falta carisma. Y algo de edad.
Es la película porno que Cinemax olvidó poner en rotación. Es un caluroso y groovy softcore que coquetea muy deliberadamente con todo, aunque a la mitad se estaciona en un pasaje lento, con tabúes sociales muy de relleno. Sin embargo, su muy sorpresivo acto final te dejará deseando que dure un poquitito más. McConaughey sigue confirmando su muy excepcional año, y Kidman y Gray, dinamitas.
Continúa la ingloriosa fantasía con un reparto brillante y rabioso, muy adepto al humor del hombre Q, con su lente teñido de rojo sangre y su arte de producción que reverencialmente grita "fuck you" a la historia de la esclavitud. Tras el clímax sufre un poco de "poder terminar en cualquier momento ya, pero no lo hace", pero el swagger de Jamie Foxx basta para mantenerla a flote muy bien. Post-créditos.
Fría, calculadora y concentrada. El periodismo es una cosa (que igual es un logro muy notable aquí), pero esto pudo haber sido un doc, que como película no evoca mucho por sí misma: es demasiado procedural. Más allá del torturoso dolor y la frustración militar no tiene emoción, y se vuelve en una larga espera hasta el rescatante acto final.
Logra un genial realismo y alcance gracias a su fantástica edición y cinematografía: con todas sus cámaras te envuelve en 360º en torno a Gyllenhaal y Peña, y explicita todos los pormenores del procedimiento policíaco, los peligros en las calles, y en especial, su fraternidad. Sin perder su identidad, juega al policía bueno y policía malo contigo: primero te mata de risa y después de susto. Muy recomendada.
Dios. Esa foto. Esa agua tan cristalina. Es un imperativo 3D. Fuera de ello, es un buen punto de conversación para temas de la fe, con Suraj Sharma en una revelación muy carismática. La película a veces se aprovecha de su narrativa de viñetas, y deja que lo visual le pilotee, pero en lo de él vs. tigre vs. el mar, hay mucho material como para aburrirse.
No, no se trata de un acto a lo Philippe Petit, es algo bastante cruel y egoísta. La historia se trivializa bastante con tanto efecto saborizante de las dramatizaciones y el glamour narrativo -- y quizás un poco más de tacto y restricción hubieran sido prudentes. ¿Es una buena historia con muchos giros? Sí, lo es, pero los escrúpulos son casi infinitos.
Más es menos. Una idea sencilla que se complicó y se distrajo mucho más de la cuenta. Sus escenas de tensión están bien ejecutadas, pero la película gira y gira en círculos con negociaciones redundantes, James Gandolfini que no va a ninguna parte, espontáneos estilismos superfluos... ¿y el trasfondo político con Bush y Obama? Tan sutil como un par de escopetazos. Ni idea de lo que trató de ser.
