Bonita y creativa, pero algo frustrante. Es una tesis visual de gran decorado y fotografía, pero su inconsistente narrativa, muy de viene y va, juega en contra de su presentación teatral -- a veces incluso cancelándola momentáneamente. Es un extraño híbrido. Knightley y Law estallan, pero a Taylor-Johnson le falta carisma. Y algo de edad.
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