A pesar de los impresionantes valores de producción, es una película muy impersonal. Los díalogos son demasiado modernos y no consiguen evocar de lo fríos que son; y aunque la cámara no se separe de Édgar Ramírez, mostrará más lo que hizo que el cómo fue. Como para los estudiantes flojos y apurados con tarea para mañana sobre Simón Bolívar.
* 1/2