Una sigilosa historia de confianza y oportunismo, que te invita pero que no sabe cómo echarte. El reparto se deja conocer muy íntimamente a través de sus estupendas cámaras ocultas, aunque pierde fuerzas en su segunda mitad -- intenta dar vuelta al espejo, pero con todo dicho y hecho, y sin un propósito claro, se vuelve algo cíclico y mundano.
*** 1/2
Payne no sólo da con una nota más humana en la tibia química familiar, sino que refleja el actual paisaje económico con un melancólico blanco y negro, lleno de contrastes de humilidad y ambición, y de una vida que ya fue. Su típico humor agridulce aporta más color que textura, pero logra brillar y emocionar gracias a la sinceridad y genuidad de su reparto.
**** 1/2