Shakespeare o no, la conspiración funciona un poco mejor en práctica que en teoría. Su premisa puede ser algo díficil de entender con sus frecuentes y drásticos vaivenes en el tiempo, pero al menos no cae en lo aburrido. Quizás no valga demasiado la pena estudiarla factualmente, así que mejor disfrútenla como la sensacionalista ficción histórica que es. Aplausos para su detallada escenografía CGI.
*** 1/2