En un placentero y terrenal punto entre Superbad y Mirageman, pero sin dudas el producto de la prisa. Evita la redundancia del ser un reboot del reboot; pero abusa, más que recicla, químicas previamente vistas en Marvel al mismo tiempo que vuelve a desperdiciar un villano: Keaton y su look aportan, pero aún así es insustancial. Divierte más con carisma que con ingenio.
★★★ ½