Una sitcom de condiciones mentales -- una diversión ligera nomás, muy sobre las pequeñas cosas que nos hacen rabiar a todos. Le falta más ambición y sutileza para distinguirse en el infinito océano de las romcoms, pero los explosivos choques del núcleo protagónico la elevan bastante cuando más lo necesita. De Niro se redime, pero es Lawrence quien se roba la película y se la lleva a la casa.
*** 1/2