Haynes vuelve a retratar la sociedad americana en los 50s con su delicadísimo arte y caracterización; y ahora se siente con más rienda suelta que en Far From Heaven -- pero nada como para desmarcarse mucho de lo excesivamente pulcro y cordial. Esta elegancia y suavidad tiene su nicho, pero me es un romance muy lento y tímido como para apasionar.
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