Un ligero declive, pero mientras Wan siga así de leal con el terror, todo bien. Una de las mejores producidas de los últimos años con su inmisericorde y súbita edición, su fotografía envolvente y asfixiante, y su positivamente miserable dirección de arte; y las actuaciones, potentes también. La trama avanza como oruga, eso sí: más de 80 mins. de intro.
*** 1/2