Una lujosa bocanada de nostalgia -- y si nunca viste la original, pues está bastante cerca de ella (aunque sí tiene su uno que otro detalle foráneo extraño) sin sentirse redundante. Narrativamente emocional e impecable visualmente, es un deleite para el corazón. Con todo su arte y música, este tuvo que ser el proyecto de ensueño para Condon, y cómo se nota.
★★★★ ½