Wahlberg es progreso -- no tiene que convencer para sentirse legítimo allí, ni está escoltado por personajes irritantes. Le da lo suficiente para hacer que sea la mejor, ... pero no se ilusionen. Sigue sufriendo por su maratónica duración, su muy casual racismo, y sus tramas sacadas de la nada. Mejora, sí. Pero es lo que es.
** 1/2
Ya con un título así, te puedes imaginar lo poco que se esmeran en validar su aspecto documentalista; pero vaya que se lucen intentando responderle a Roger Ebert. Se limitan tanto en la historia y el legado positivo de los videojuegos que se olvida de ofrecer perspectivas, debates o por lo menos, alguna novedad en su cronología.
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Desteñida con un grisáceo lodo nocturno y ambientada con un inquietante coro, se distancia positivamente de la original con pasos violentos y sombríos; pero aún le cuesta removerse de sus inconsistencias y desbalances. Los simios están fascinantemente imaginados, pero el factor humano se siente algo más acotado. Serkis A+.
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Mucho más funcional que autoral, pero es un recuento placentero a fin de cuentas. Con personalidades en constante fricción individual y ambición colectiva, se reviven los dramas internos al son de un armónico catálogo que incluso reafina "Big Girls Don't Cry"; aunque rebotando de hit en hit, sea sin mayores estudios creativos o personales.
*** 1/2
Un making-of compacto pero elegante. En 80 minutos aprox. te detalla milimétricamente los misterios, procesos y resultados de una apasionante inquietud, personal y específica -- aunque siempre relacionable; pero se enfrasca bastante en ello, sin expandirse (o dada la devoción de Tim, distraerse) mucho en tramas paralelas o consecuentes.
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Mejor en concepto que en guión. Una sólida, aunque no libre de dudas, progresión tecnológica que se abre a las imaginarias posibilidades; pero que se obstaculiza con sus ininteresantes personajes, prestados de una serie clon de CSI; sus visuales que no aprovechan el ojo de Pfister, y un tercer acto que cuenta con lo peor de ambas contras.
** 1/2
