Si vives en una zona golpeada por la naturaleza, te va a dar en un nervio político bastante fuerte; aunque esta burocracia entumece: demasiado procedural, parlanchina y fría; y la acción es un tema casi terciario. Al menos la bestia no decepciona para nada: visceral, inexplicable, fulminante; y con toda su estética y música, Anno regresó a su groove de Evangelion.
Una lujosa bocanada de nostalgia -- y si nunca viste la original, pues está bastante cerca de ella (aunque sí tiene su uno que otro detalle foráneo extraño) sin sentirse redundante. Narrativamente emocional e impecable visualmente, es un deleite para el corazón. Con todo su arte y música, este tuvo que ser el proyecto de ensueño para Condon, y cómo se nota.
Tan feroz como delicada. Daniela Vega, un diamante revelado: riquísima en aristas, durísima de carácter; a la vez que el filme cuenta con la mejor fotografía chilena del último tiempo: tan vibrante, íntima e inmaculadamente encuadrada. Forzosa con la transfobia, sí, pero es un tema de estigmas fuertes, y Lelio, con todo su despecho, educa al respecto.
Wow. No esperaba nada de esto, y aún así me decepcionó. Genérica y empalagosamente cursi de por sí, pero pucha cómo intenta no serlo con toda su edición y estilo tan imaginativos... pero cada vez que lo hace, se abre cada vez más a los plot holes. Esto no es un guión. Esto fue un póster de película primero al que le hicieron con mucha prisa un guión en torno.
Shyamalan sigue en su buena racha y en su jugo: científicamente absurda a tal punto que "ciencia ficción" es mucho decir; pero con este reparto, edición y fotografía, este concepto te atrapa tal como si volviéramos al '99. Y si faltaba prueba de que James McAvoy es uno de los mejores actores trabajando hoy en día: WOW. Para el Óscar, aquí. ¡Y ese pedazo de twist!