Son ideas interesantes sin dudas, pero están en un guión torpe que las cambia azarosamente sin personalidad: se aprecia la incursión, pero Payne no es el director para estos conceptos. Su clásica búsqueda de propósito tras el fracaso se siente seca y de absoluto nulo payoff: no sólo ningún chiste visual o textual es memorable, sino que hay pocas cosas más forzadas que su trama romántica.
★ ½