A pesar de que su protagonista cuenta con muchos talentos bajo la manga y una importante historia de superación, el documental nomás roza ambos potenciales, prefiriendo actuar netamente como un asistente más de sus clínicas de amaestranza equina. Aún así, sólo por su profunda metodología (particularmente la de su trama final), es una visita imprescindible para todos los asiduos a los ranchos y rodeos.
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