Un test de paciencia y silencio que es sorpresivamente más fácil de digerir que lo esperado. Con tomas como para ser postales, y su perpetua y humilde quietud de campo, granjas y bosques, la experiencia se siente tecnologícamente terapeútica incluso si va perdiendo forma narrativa a medida que va cambiando de personaje de estudio, aunque los paralelismos entre ellos son orgánicamente ingeniosos.
*** 1/2
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