Para estas cosas Shyamalanescas, tienes que ir con la mentalidad adecuada - sin juzgar demasiado las extrañezas del entorno y sus personajes. La película se demora un tanto en convencerte, con su creciente pero cíclico ritmo inicial, y su protagonista al que desearías intervenir en todo momento; aunque ya en sus tramos finales se recupera notablemente. Geniales composiciones audiovisuales.
*** 1/2
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