Voyerismo de salón. Refinada sin ser elegante, morbosa sin ser explícita, sensual sin ser sexual. Gracias a la profundamente sutil Emily Browning, que va yendo de la pasividad a la completa inercia, ansías saber cada vez más sobre su extraña línea laboral, donde eleva la resistencia y la independencia femenina tanto como objetiva su propia figura.
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