Tonalmente más cercana a Monkey Island que a Pirates of the Caribbean. Antes de agarrar vuelo hacia su explosivo tercer acto, se arrastra un poco más de la cuenta por el completo disparate de su premisa, pero los personajes nunca aburren o caen mal; y a la historia, aunque algo breve, no le faltan las sorpresas y risas. Aardman una vez más se supera -- excepcionales confecciones y animaciones.
*** 1/2
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