Mumblecore con un fetiche Cronenbergiano -- tonalmente van como agua y aceite y fluyen muy lentamente, pero el monstruoso simbolismo detrás de ello funciona bien a pesar de todo. Temple y Keough, divertidas por más t.A.t.U. que sean. Se echó de menos a la Kylie con apenas sus tres minutos en escena, pero su canción en los créditos es etéreamente bonita.
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