Una pequeña maravilla -- cuesta creer que nadie aquí es profesional, viendo cómo la película respira y se ensucia con tanta vida; en especial gracias a Quvenzhané "The Man" Wallis y su diminuta pero aguerrida presencia (puede que su fantasía sea algo trasera, pero te dejarás ganar por ella), y su dirección de arte: a puros bichitos, óxido, madera y lodo construye una utopía que nadie quiso.
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