Ligerísima para los Coen, pero ese es su mayor crimen. Y bueno, están esos acentos, y ya. Firth, Rickman y Diaz esencialmente se parodian a ellos mismos, aunque todo es con buenas intenciones, dejándose desparramar muy relajadamente por este típico humor inglés. Unos 90 minutos aceptables, en especial considerando el talento a bordo.
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