Vaya que se ponen tan hipocondríacos. No es un desastre. A lo más es una inconveniencia bonita. Shyamalan se aleja de sus trucos narrativos y se enfoca en la construcción de ambiente, bordeando lo monótona a veces, que a Jaden le falta magnetismo para correr una película sólo, y no hay mucha evidencia para respaldar la autoridad de Will; pero ambos consiguen presagiar el peligro inminente a su modo.
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