Estilo sobre sustancia, pero con orgullo e intención. Con una foto fluorescente y una muy, muy impecable edición de sonido (desde las gatillantes transiciones hasta el cómo eleva Audiard-ísticamente a Britney Spears y Nicki Minaj), construye una fantasía demasiada perfecta como para rechazarla o creerle: sólo te dejas llevar. Sufre un poco de resaca tras el éxtasis, pero sabe recuperarse.
*** 1/2
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