No tan absurda como Cars ni tan profunda como Ratatouille, pero consigue un digno y cómodo segundo lugar. DreamWorks remixea con descaro ambas películas, pero da en el proceso con algo divertido, afectuoso y propio, sin caer (tanto) en las garras del marketing. Eso sí, el mayor logro aquí es su fotografía: Pfister comparte sus dotes y aporta un impactante nivel de detalle en lo micro y macro. Una grata sorpresa.
**** 1/2
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