Con sus intensas y apasionadas interpretaciones hay algo aquí, pero ello se pierde en la trama, que lidia con el racismo desde un punto muy tímido. "Necesitamos villanos, así que... racistas". Aunque al menos su mayor componente, el boxeo, funciona mejor, a pesar de tener tanto montaje de entrenamiento y una banda sonora súper alterno-cliché.
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